Carmen Herrera: Pionera del minimalismo en la pintura española
Carmen Herrera, pionera de la abstracción geométrica y figura destacada en el mundo del arte por su estilo minimalista y coloreado, nos dejó el pasado 12 de febrero a los 106 años en su apartamento de Nueva York. Aunque su obra tardó en ser reconocida, nos deja un legado artístico que finalmente ha sido apreciado y valorado. Aquí, recordamos su vida y su contribución al arte contemporáneo.
La belleza de la línea recta
Carmen Herrera fue conocida por su amor y admiración hacia la línea recta, que se refleja en su estilo minimalista y abstracción geométrica. Durante más de 80 años, las obras de Herrera se caracterizaron por ser estructuradas, sobrias y coloridas. La rigurosidad de la línea recta fue su fuente de inspiración y se convirtió en la base de su estilo.
El método de trabajo de Herrera se centraba en un enfoque serio del espacio y las divisiones en la tela. Empezaba con dibujos a escala en papel vegetal, anotaba medidas y finalmente reproducía el resultado final en acrílico sobre lienzo.
La obra de Herrera es un testimonio de su dedicación y su enfoque meticuloso. A pesar de que su trabajo no fue reconocido hasta finales de los años 2000, Herrera nunca dejó de crear y continuó siendo activa durante las últimas dos décadas de su vida.
Régimen vegetariano o casi
Carmen Herrera nació en La Habana, Cuba, en 1915 en un ambiente periodístico. Su padre falleció durante la revolución cuando ella tenía tan solo dos años y su madre, también periodista y defensora de los derechos de las mujeres, se convirtió en su modelo a seguir.
Se mudó a Paris después de sus estudios de artes en Cuba donde vivió con su esposo Jesse Loewenthal durante la posguerra. A su regreso a Nueva York, en los años 50, Carmen decidió establecerse allí definitivamente. Cuando se le preguntó cuál era el secreto de su longevidad, Herrera mencionó su dieta vegetariana y un vaso de scotch diario.
La reconocición a los 89 años
Fue a los 89 años cuando las obras de Herrera se vieron bajo una nueva luz y comenzaron a ser reconocidas. Su entrada en el mundo del arte fue en 2004, cuando sus obras se expusieron en la Latin Collector Gallery de TriBeCa en Nueva York. En 2016, el reconocido Whitney Museum of American Art le dedicó una importante retrospectiva, "Carmen Herrera: Lines of Sight". Sus obras ahora forman parte de varias colecciones permanentes de museos, incluyendo el Guggenheim de Abu Dhabi, el MoMA en Nueva York y el Tate Modern en Londres.
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Un mundo de hombres... y Georgia O'Keeffe
La obra de Herrera se relaciona con el movimiento estético abstracto del hard edge. Aunque su trabajo era muy similar al de artistas masculinos contemporáneos como Ellsworth Kelly y Barnett Newman, la visibilidad de Herrera en la escena artística fue muy diferente.
Ella era consciente de que su género había sido una barrera para su reconocimiento y en un documental de 2015, "The 100 years show", contó cómo una mujer galerista le dijo que era una mejor artista que muchos de sus contemporáneos masculinos, pero que no tendría una exposición por ser mujer.
A pesar de las dificultades, Carmen Herrera perseveró y dejó huella en el mundo del arte con su estilo innovador y minimalista. Aunque ya no esté con nosotros, su legado continuará inspirando a artistas y amantes del arte durante muchos años más.
Ana Mendieta y Carmen Herrera: Dos Caminos en la Abstracción Geométrica
Aunque Carmen Herrera y Ana Mendieta tomaron rumbos distintos en sus carreras, ambas artistas cubanas hicieron contribuciones significativas al campo de las artes plásticas y visuales, especialmente en la abstracción geométrica. Mientras Herrera se centró en la pintura, Mendieta se destacó por su trabajo con la tierra y el cuerpo, creando la serie "Silueta" en la que utilizaba su cuerpo como molde para crear formas en la naturaleza.
Nacida en 1948, Mendieta estudió en la facultad de artes de la Universidad de Iowa, donde obtuvo un título en pintura y escultura. Su trabajo se centra en la relación entre el cuerpo humano, la naturaleza y los aspectos espirituales de la vida.
Por otro lado, Herrera, quien nació en 1915 en La Habana, estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes San Alejandro. Tras su traslado a Nueva York, se unió al grupo de artistas abstractos, donde desarrolló su estilo reconocido por la simplicidad y la precisión de las líneas y los colores.
El legado de ambas artistas continúa siendo una fuente de inspiración para las futuras generaciones y sus obras son exhibidas en museos y galerías alrededor del mundo, incluyendo la Lisson Gallery en Nueva York y el Museo del Barrio.
Carmen Herrera y la Escuela de Bellas Artes de Pozos Dulces
La Escuela de Bellas Artes de Pozos Dulces, ubicada en Cuba, ocupa un lugar especial en el corazón de Carmen Herrera. Fue en este lugar donde Carmen inició su viaje en el mundo del arte. Bajo la tutela de profesores como Bernardo Galvez, Carmen desarrolló su técnica y su estilo único en la abstracción geométrica.
Durante sus años en la escuela, Carmen empezó a experimentar con la línea recta y comenzó a plasmar sus ideas en los cuadernos de Pozos Dulces. Fue en estos cuadernos donde comenzó a nacer su estilo minimalista que más tarde se convertiría en su firma.
Después de sus estudios en Cuba, Carmen decidió continuar su formación en Nueva York, donde se gradúo en la Facultad de Artes Visuales. Sin embargo, siempre recordó con cariño sus años en la Escuela de Bellas Artes de Pozos Dulces, y a menudo hablaba de cómo esos años habían sido fundamentales en su desarrollo como artista.
El trabajo de Carmen Herrera llevó la abstracción geométrica a nuevas alturas. A pesar de las dificultades que enfrentó por ser mujer en un mundo dominado por hombres, Carmen nunca dejó de perseguir su pasión y su amor por el arte. A través de su trabajo, demostró que la simplicidad y el minimalismo pueden tener un gran impacto.
Su perseverancia y dedicación fueron finalmente reconocidas, no solo por la comunidad artística, sino también por el público en general. Con su muerte, el mundo del arte perdió a una de sus figuras más emblemáticas. Sin embargo, como dijo su amigo y también artista Tony Bechara, "El legado de Carmen vive en sus pinturas y seguirá inspirando a artistas y amantes del arte por mucho tiempo".
Más allá de su obra, Carmen Herrera nos dejó una lección importante: nunca es tarde para ser reconocido y valorado. Y aunque ella ya no está con nosotros, su espíritu y su pasión por el arte viven en cada una de sus obras, y seguirán inspirando a las futuras generaciones.